" Cada día la misma guerra en esta tierra, cada día menos pericia para salir del laberinto en el que, espero, no me pierda."

domingo, 1 de mayo de 2011

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza
Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras
y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además lo he visto serio, ser él mismo,
y en serio que eso no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de que míralo cómo bebe las cervezas,
y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse.
Todo eso que el puede llegar a ser ese puto único motivo
de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que el aparezca de golpe y de frente
para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.
No sabes lo que es despertarte y que el se retuerza y bostece,
luego te abrace y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entiende,
el que pierdas la cabeza por su sonrisa y el sentido por sus palabras,
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.
Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte,
son algo con lo que ya cuento.

Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido
y en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices,
y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas,
y la forma que rozar las cuerdas de una guitarra.
Que yo también he memorizado su número de teléfono,
pero también el numero de sus escalones,
y el numero de veces que se mira los zapatos ante deun partido .
Que no sólo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,
y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada,
porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente el,
Que lo he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,
y lo he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,
y lo he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "Mira sí, un polvo es un polvo",
y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo. Que yo escribo sobre lo mismo.
Que razones tenemos todos.
Pero yo, muchas más que vosotros...

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